El fútbol argentino, históricamente, fue semillero de talentos que marcaron huella tanto en los clubes locales como en el exterior. Entre esos jugadores, Franco Razzotti se destacó en Vélez y Europa, siendo pieza esencial por cada elenco que pasó.
Dueño de una elegancia única en la mitad de la cancha, Razzotti enfrentó lesiones que lo llevaron a retirarse antes de lo esperado. Hoy, cerca del aroma del verde césped, se encarga de formar jóvenes futbolistas, manteniéndose cercano al fútbol.
Franco Razzotti y su paso por el fútbol
Razzotti comenzó su carrera en la primera división de el “Fortín”, aunque al principio le llevó tiempo adaptarse a la máxima categoría. Su verdadero salto se produjo en 2009, cuando Ricardo Gareca confió en él y lo convirtió en un jugador clave del equipo, ganándose un lugar de referencia dentro del plantel.
En su paso por Liniers, Razzotti ganó el Torneo Clausura y jugó un papel determinante en la Copa Libertadores 2011, cuando Vélez estuvo muy cerca de alcanzar la final.
Pero su carrera dio un giro en 2013 al sumarse a Independiente, que entonces jugaba en la Primera B Nacional. No obstante, su paso por el cuadro de Avellaneda fue breve, ya que buscó nuevos desafíos en México y Europa. Las lesiones fueron un obstáculo recurrente en su carrera, motivo por el cual, a los 32 años, decidió colgar los botines.
Su vida después del retiro
Tras retirarse, Razzotti se volcó a formar jóvenes talentos, lo que le permite estar cerca del deporte y acompañar a los más chicos con consejos y experiencias vividas. Al mismo tiempo, sigue activo jugando en el plantel senior de Vélez.